La música puede dar nombre a lo innombrable y comunicar lo desconocido.
He tocado la
trompeta durante varios años en una agrupación musical. Me metí en la banda
porque necesitaba una distracción en mi vida ya que estaba pasando por unos
momentos duros y desde luego fue lo mejor que hice, me aportó mucha vitalidad.
De no saber nada
sobre música a leer partituras, saber las notas y tocar un instrumento fue un
aprendizaje totalmente enriquecedor para mí, del cual me siento orgullosa.
He realizado conciertos
y numerosas salidas procesionales. He llegado a tocar unas 15 horas sin parar,
para eso he tenido que ensayar durante todo el año dos horas al día con lluvia,
calor, llagas, cansancio, exámenes…es
duro pero merece la pena si de verdad te apasiona. Tocar, hacer y sentir la música
es algo indescriptible, no tocaba por tocar, sentía cada nota, cada silencio,
cada riff, cada solo y escucharlo hacía que se me erizara la piel.
Sumé una nueva experiencia en mi vida y hasta que no entré en este mundillo no lo he apreciado como se merece. Es otro lenguaje,
otra forma de expresión que me hace feliz.
"Guerreros, avancen filas"🎺🎺🎺
Gracias por tu testimonio.
ResponderEliminar